Sus caras están cerca. Ella mira sus ojos: son muy bonitos, casi como su sonrisa.
-Amigos- se rinde.
Él se le acerca y le da un suave beso en los labios. Está a punto de convertirse en algo más profundo cuando ella se separa y vuelve a mirar hacia afuera.
-¡Que bonita noche, mira que luna!
Él suspira y levanta la vista al cielo.
Algunas nubes ligeras navegan lentamente, acarician la luna, oscureciéndola, aclarándola a ratos.
-¿Es bonita, verdad?.
Él responde con un simple
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