viernes, 19 de noviembre de 2010

Me encontraste con un escudo de hierro que no quería soltar.

¿Te acuerdas de ese día que quedamos para tomarnos un helado? Si, ese día que yo llevaba la falda nueva y tu ni te fijastes. Chocolate, dijsites. Si, siempre sabes que es lo que me pido. Nos sentamos en el parque de al lado. Ese día era especial. ¿Te acuerdas que empezó de repente a llover y me puse como una loca a dar vueltas? A ti se te calló el helado en la camisa azul que tanto me gustaba. Llevabas la barba de tres días, tal y como me gusta.
¿te acuerdas también que te dije que odiaba el desorden? Pues te mentí. No soporto tener hojas sueltas por la mesa. Tambien te mentí con lo de andar descalza por casa. De hecho, es una de las cosas que mas me gustan hacer. ¿Te acuerdas que siempre tengo mi escudo de hierro e intentó que nadie lo sobrepase?, ¿Que cuando estoy enfadada digo que no quiero que me hablen? Bien, pues tambien te mentí. En esos momentos, daria mi vida porque me abrazaran, porque me tranquilizaran, con esas palabras, que pocas personas saben decirme.
Hoy es uno de esos días en el que recuerdo, recuerdo y hay cosas que recuerdo demasiadas. Hoy es uno de esos días, que sin decir nada, necesitamos un gran abrazo y sentir que no estas sola. Hoy es uno de esos días que quieres salir de casa y caminar, caminar hasta que se te haga tarde y tengas que dar la vuelta. Pensar, reflexionar y respirar hondo, muy hondo.

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