lunes, 15 de febrero de 2010

Mamá, ¡que nos da igual la vida!

Los adolescentes somos así. Un día creemos estar en la cima del mundo y al día siguiente todo lo contrario. Nos creemos los dueños de nuestra vida, de todo, importantes, una pieza de un puzzle que sin tí, nunca se terminará y quedará incompleto. Pero nada de esto es verdad, es ficticio. Solo conseguirás ser el rey cuando te aceptes a tí mismo, y comprendas, que no siempre puedes ganar, ni siempre te saldras con la tuya. Son como reglas, que aunque pongas todo tu empeño para que todo salga bien, estan ellas, las reglas, esas malditas que siempre se cumplen y tú caes por enésima vez.

Quizás así sea el amor.Quizás el amor verdadero sea una decisión, la decisión de jugartela por alguien, de entregarte a alguien sin pensar si te va a corresponder, si te va a hacer daño o si es el amor de tu vida. Quizas el amor no es algo que te ocurre, quizas sea algo que tú escoges.

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